Decía Dante que el vino siembra poesía en los corazones. Una poesía que despierta pasiones en aquellas personas que gustan de toda la cultura vitivinícola y que pueden orientar su carrera profesional hacia la enología o la sumillería. Dos trabajos diferentes, regulándose la enología como aquella actividad relacionada con las técnicas y métodos de cultivo del viñedo y la elaboración de mostos, vinos, cavas y otros productos derivados.
El enólogo es un profesional que interviene a lo largo de todos los procesos de elaboración del vino, desde la plantación de las vides a la vendimia, la preparación, el almacenaje y la conservación el vino y sus derivados. En la actualidad es posible encontrar una amplia y variada formación en la que abundan cursos de enología de calidad que permiten mejorar el perfil profesional de quiénes trabajan dentro del mundo del vino.
¿En qué consiste ser enólogo?
En las últimas décadas, la enología se ha ido haciendo un hueco coincidiendo con el auge del interés general por la gastronomía y la cocina. Así, se han ido mejorando y dando a conocer nuevos vinos, muchos auspiciados y protegidos por la denominación de origen, una herramienta diseñada para la protección de productos agrícolas como el vino.
Una variedad que ha hecho necesaria la labor de profesionales como los enólogos y un despliegue de tareas entre las que se destacan la selección del campo, señalar cuándo la uva alcanza el punto óptimo de maduración, la gestión y cuidado de la vid y la de las fermentaciones, diseño de la bodega, supervisar el trabajo de laboratorio y los controles de calidad y el proceso de embotellado, marketing y comercialización, entre otras.
Por último, los enólogos también tendrán que hacer catas diarias para detectar defectos y avances en el vino, además de organizar catas particulares y presentaciones de la bodega.
La importancia de la formación
Toda esta batería de actividades a realizar por el enólogo requieren de amplios conocimientos técnicos y científicos. En la actualidad toda esa formación se ofrece dentro del Grado de Enología, de 4 años de duración, y que sustituye a la anterior Licenciatura en Enología que remonta sus primeros años a la década de los 90 el siglo XX. A estos grados se suman másteres universitarios y numerosos cursos de enología que permiten que los profesionales se mantengan al día con una formación constante y de calidad.
Tal y como se recoge en la Ley 50/98, pueden ejercer como enólogos todas aquellas personas que posean el título universitario, siendo varias las universidades españolas que cuentan con este grado dentro de sus titulaciones y planes de estudio.
Así, pueden cursarse estudios de Enología en Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, en la Universidad de Cádiz, la de la Rioja, la de La Rioja, la de Valladolid, la de Palencia, la de Extremadura y la de la Universidad de Castilla y León.
Una oferta formativa a la que se suman dobles grados en Enología e Ingeniería Agroalimentaria y del Medio Rural, en la Universidad de Córdoba, el Programa de Estudios Conjunto de Grado en Enología y Grado en Ingeniería de las Industrias Agrarias y Alimentarias de la Universidad de Valladolid o el de la Universidad de La Rioja.
Una formación a la que hay que sumar conocimientos transversales en otras materias y una preparación continua para mantenerse al día en multitud de cuestiones relacionadas con el mundo del vino.